domingo, 27 de enero de 2008

Aprendiendo.

Cuando pillo un cómic por banda, y supongo que por defecto de la profesión, suelo catalogarlo inconscientemente en dos categorías, la de los tebeos “que me sirven” y los que no.

Los que “no me sirven” no es que sean tebeos malos o gafapastas, simplemente ocurre que en la categoría “me sirven” entran los tebeos que considero tienen alguna similitud con mi forma de entender los cómics o que me gustaría que la tuviesen. Los de esta categoría tienen una lectura algo más especial que los de la categoría dos, pues los devoro ansiosamente con el fin de sacar cualquier detalle que me haga mejorar mis páginas. Supongo que a cualquier dibujante, colorista, mercenario del lápiz le pasa lo mismo.

Unas de las últimas lecturas en esta categoría y que ha sido un descubrimiento relativamente reciente para mí ha sido Jiro Taniguchi (gracias Kenny!). Para este año, me he propuesto hacer los fondos como él, acercarme a la elegancia y ritmo de su narrativa y ser tan meticuloso a la hora de detallar ambientes. Si os leéis El almanaque de mi padre o La cumbre de los dioses, sabréis a que me refiero.

Otra lectura que estoy disfrutando como siempre que leo algo suyo es Pema Ling de Georges Bess. En este año me he propuesto dibujar mis personajes con el carisma con el que dota a sus personajes el señor Bess, aprender a dar color como él, y hacer una portada tan buena como la de su tomo 1. Aprovechad también el integral de El lama blanco con Jodorowsky para ver en que baso mi envidia.

Ya me diréis.